Mi primer baño
El baño del bebé no sólo representa un hábito de higiene, sino que también sirve para crear un vínculo afectivo entre el bebé y sus papás, así como para favorecer el bienestar del pequeño
¿Cómo sumergir al bebé?
Cuando vayamos a sumergir al niño en la bañera, apoyemos su cabeza en el hueco de nuestro brazo, sosteniendo a un mismo tiempo la parte exterior de su hombro con la mano. Pasemos el otro brazo por debajo de sus nalgas y sujetémoslo por un muslo. Sumerjamos al pequeño en el agua, empezando por los pies.
Primero, la cabeza
El momento de lavar la cabeza del bebé es algo que los niños no suelen agradecer mucho. Para hacerlo sin problemas, mantengamos al pequeño en posición horizontal, apoyando la cabeza en el hueco de nuestro brazo. Después, hay que enjabonarle la cabeza con mucha delicadeza.
La espalda y el resto del cuerpo
Lavémosle el resto del cuerpo con una esponja natural. Limpiémosle con mucho cuidado todos los “plieguecitos” de su cuerpo. Es muy importante que no realicemos en el agua movimientos bruscos con el niño, que podría asustarse y ponerse a llorar.
Para lavarle la espalda, tomemos al niño por la parte exterior de su hombro, pasando nuestro brazo por delante de su pecho. El niño se sentirá protegido.
¿Cómo secar al bebé después del baño?
Finalmente, saquemos al pequeño de la bañera con mucho cuidado. Después, recostemos al niño sobre el cambiador y envolvámoslo en una toalla, que también utilizaremos para secar el interior de los pliegues de su piel.